Para hacer grandes cosas no hace falta ser un genio, no se ha de estar por encima de los seres humanos, sino entre ellos.
El trato humano, es simplemente ser como nos gustaria que nos trataran, y esta circunstancia se produce intensamente en casa Fausto.
Un entorno paradisiaco para los amantes de la naturaleza, con posibilidades varias, un lugar para disfrutar de un trato exquisitamente humano en el trato personal.
Elena y Eduardo, nos integran con su respeto y cariño hacia sus animales, enseñandonos su pequeña granja.
El sentimiento de bienestar es indescriptible, ya que han conseguido que mi familia y yo, fueramos una pequeña parte de ese gran lugar.
Gracias y un beso: Saioa, Blanca, Itsaso, Ussue y perrita lay